En los últimos años, el término data-driven ha pasado de ser un ideal técnico a una necesidad estratégica. Hoy más que nunca, las organizaciones que buscan sobrevivir —y no solo competir— en un mundo digital, incierto y altamente automatizado, deben dejar de ver los datos como un insumo complementario y empezar a gestionarlos como un activo crítico para sus decisiones más importantes.
¿Qué significa realmente ser data-driven?
Una organización data-driven no es simplemente aquella que recopila grandes volúmenes de información o implementa dashboards atractivos. Es, ante todo, una organización que toma decisiones —especialmente las de mayor impacto— basadas en datos relevantes, confiables y bien interpretados. La clave está en cómo los datos influyen en el pensamiento, en el diseño de soluciones, en la asignación de recursos, en la priorización de iniciativas y, sobre todo, en la acción.
Este enfoque tiene raíces en la evolución del decision science y la inteligencia de negocios (BI), pero hoy se ha expandido con fuerza gracias al business analytics, la inteligencia artificial y los enfoques ágiles de desarrollo organizacional. Según un estudio reciente de McKinsey, las compañías que adoptan un enfoque data-driven en sus decisiones superan a sus pares en indicadores financieros hasta en un 20%【¹】. Sin embargo, solo un 30% de las organizaciones afirman tomar decisiones sistemáticamente basadas en datos【²】. Es decir: la intención está, pero el camino aún es largo.
¿Por qué es urgente avanzar hacia una cultura data-driven?
“Quiero que crezcamos el 10% este año.
Ajusten el pronóstico de ventas
y comuniquen a la fuerza de ventas sus nuevas metas.
¿Por qué? Porque el año anterior crecimos un 9%
y en esta empresa somos ambiciosos!“
– CEO de una empresa cualquiera.
Vivimos en una era de automatización y disrupción acelerada. Y aun cuando la frase anterior lastimosamente sigue siendo muy común, la intuición por sí sola ya no basta. Cuando una organización sigue tomando sus decisiones críticas con base en la experiencia pasada, el poder de los datos se desperdicia, y con él se pierde competitividad, velocidad y precisión estratégica.
Esto no se resuelve comprando tecnología ni contratando más científicos de datos. Se requiere una transformación profunda en la forma en que las decisiones se entienden, se priorizan y se diseñan dentro de la organización.
¿Cómo se llega a ser una organización data-driven?
En Itera trabajamos con un modelo de madurez que reconoce que la transición hacia una cultura data-driven es progresiva, no instantánea. Nuestro modelo contempla cuatro niveles:
- Crawl (Reaccionar): se usan datos de forma esporádica, sin una estrategia clara.
- Walk (Organizar): comienzan a establecerse estructuras de gobernanza y calidad del dato.
- Run (Activar): se integran datos en decisiones tácticas y se mide su impacto.
- Fly (Escalar): los datos se convierten en parte central del diseño estratégico y la innovación continua.
Cada nivel implica un avance en capacidades tecnológicas, pero sobre todo en liderazgo, cultura y diseño organizacional. Y para cada nivel, desarrollamos prácticas específicas, indicadores observables y herramientas que acompañan el proceso.
El Decision Experience como eje central
Uno de los errores más frecuentes al impulsar iniciativas de BI o Analytics es asumir que basta con entregar reportes o modelos predictivos. Pero la pregunta clave es: ¿en qué decisiones concretas se usarán estos datos? Y más aún: ¿cómo es la experiencia de quien debe tomar esa decisión?
En Itera hemos incorporado el concepto de Decision Experience como criterio inicial para evaluar iniciativas de análisis de datos. Se trata de entender —en el contexto real de la organización— quién toma una decisión, con qué información, en qué momento, bajo qué presiones y con qué consecuencias.
Cuando un proyecto de BI parte desde la experiencia real de decisión, no solo se aumenta la probabilidad de adopción y uso efectivo, sino que también se logra alinear el desarrollo de soluciones con los objetivos estratégicos. Así, las iniciativas de datos no se convierten en ejercicios técnicos aislados, sino en palancas de cambio cultural.
Nuestro enfoque: agilidad con propósito
Desde Itera hemos acompañado a diversas organizaciones en su tránsito hacia el data-driven decision-making, no como una moda, sino como una nueva competencia organizacional. Lo hacemos desde un enfoque ágil, iterativo y centrado en el valor.
Nuestro trabajo combina marcos como Design Thinking y Lean Inception, con prácticas de Data Governance, Business Agility y gestión del cambio, para asegurar que la cultura data-driven no solo se declare, sino que se habilite, se practique y se sostenga.
¿Y tú, ya sabes cómo se toman las decisiones más importantes en tu organización?
Si no puedes responder esa pregunta con claridad y evidencia, probablemente no estás aprovechando todo el potencial de tus datos. Te invitamos a explorar con nosotros cómo dar los próximos pasos, con un enfoque estratégico, ágil y centrado en decisiones que realmente importan.
Fuentes:
[1] McKinsey Global Institute, “The Age of Analytics: Competing in a Data-Driven World”, 2022
[2] Gartner, “Top Trends in Data and Analytics for 2023”¿Quieres que prepare una versión para LinkedIn o una presentación con este contenido para compartir en comité?


